Un mundo que no mira al futuro... sino a los sueños del pasado
Cuando cruzas el umbral de Discoveryland en Disneyland París, no estás entrando en un parque futurista cualquiera. No hay rascacielos de cristal ni coches voladores al estilo de Blade Runner. En lugar de eso, te sumerges en una visión retrofuturista del porvenir, donde los sueños de exploración y ciencia chocan con el arte, la ingeniería y la imaginación del siglo XIX. Este no es un Tomorrowland como los que existen en otros parques Disney. Discoveryland es una excepción única y, al mismo tiempo, una carta de amor a la ciencia ficción europea, con especial reverencia por Jules Verne, H.G.Wells y hasta Leonardo da Vinci.
Pero, ¿por qué Disneyland París tomó un camino tan distinto al de sus parques hermanos? ¿Qué secretos esconde el diseño de Discoveryland? Y, sobre todo, ¿cómo logró convertir los sueños de los visionarios del pasado en una experiencia inmersiva para el visitante moderno? Acompáñanos en este viaje al corazón de la imaginación.
El origen de Discoveryland: ¿por qué no un Tomorrowland?
Cuando Disneyland París (entonces Euro Disney) se preparaba para abrir sus puertas en 1992, los creativos de Walt Disney Imagineering sabían que replicar simplemente el modelo de Tomorrowland no funcionaría. En el contexto europeo, la imagen estadounidense del futuro - con sus autopistas espaciales, su estética de los años 50 y su énfasis en la tecnología industrial - no conectaba con la sensibilidad local.
Europa tiene su propia herencia cultural del futurismo, profundamente influenciada por la literatura, el arte y la filosofía del siglo XIX. Y fue ahí donde Tony Baxter, Imagineer jefe del proyecto, encontró la inspiración perfecta: el universo fantástico y visionario de Jules Verne.
Así nació Discoveryland, no como una mirada al futuro literal, sino como una reinterpretación artística del futuro soñado por los pioneros de la imaginación científica.
Jules Verne en Disneyland París: Mucho más que una inspiración
Jules Verne, nacido en Nantes en 1828, es uno de los autores más influyentes de la ciencia ficción. Su obra, marcada por una curiosidad científica inagotable, una fe casi romántica en el progreso humano y un estilo literario inconfundible, ha dejado una huella indeleble en la cultura europea.
Y en Discoveryland, su legado es omnipresente. Desde la arquitectura hasta las atracciones, todo en este mundo parece extraído directamente de las páginas de "De la Tierra a la Luna", "Veinte Mil Leguas de Viaje Submarino" o "La Vuelta al Mundo en 80 días".
Space Mountain: De la Terre à la Lune
La versión original de Space Mountain en Disneyland París, inaugurada en 1995, no tenía nada que ver con las versiones americanas. No era una montaña espacial genérica, sino una recreación literal del viaje lunar descrito por Jules Verne en su novela "De La Tierra a la Luna". La atracción estaba presidida por un gran cañón exterior, el Columbiad, que lanzaba a los visitantes hacia el espacio de una forma absolutamente teatral y vernesca.
Aunque la atracción ha cambiado de temática en los últimos años (primero como Mission 2 y luego como Star Wars: Hyperspace Mountain), muchos elementos del diseño original - desde el edificio en forma de observatorio astronómico hasta los detalles metálicos remachados - siguen rindiendo homenaje al maestro de la ciencia ficción.
Nautilus: El Submarino del Capitán Nemo atracado en Discoveryland
En un rincón casi oculto de Discoveryland se encuentra una joya secreta del parque: Les Mystères du Nautilus. Esta atracción de tipo "walkthrough" permite explorar el mítico submarino del Capitán Nemo. con salones decorados con mapas, criaturas marinas y un órgano que parece cobrar vida.
El diseño interior es exquisito, lleno de detalles inspirados directamente en las descripciones de Verne. Aquí, Discoveryland se convierte no solo en un homenaje, sino en una puesta en escena íntima y teatral de su obra.
H.G. Wells y Leonardo Da Vinci: otras fuentes del diseño de Discoveryland
Aunque Verne es la figura central, Discoveryland también incluye guiños a otros gigantes de la historia de la ciencia y la ficción. H.G.Wells, autor británico de clásicos como "La Máquina del Tiempo o La Guerra de los Mundos", inspiró en parte la estética más misteriosa y filosófica del área, así como la atracción "Visionarium" (cerrada en 2004), una experiencia cinematográfica que mezclaba viajes en el tiempo, tecnología y personajes históricos.
Leonardo da Vinci, por su parte, es otro pilar conceptual. Sus máquinas imposibles, bocetos voladores y obsesiones por la anatomía y la mecánica se reflejan en los detalles artísticos del área. Desde los autómatas de la entrada hasta las estructuras con engranajes visibles y las fuentes decoradas con símbolos alquímicos, Discoveryland se siente como un taller vivo de inventores soñadores.
Diseño Discoveryland: un estilo único, entre el steampunk y el futurismo romántico
Uno de los aspectos más fascinantes de la historia de Discoveryland en Disneyland París es su estética visual. Lejos de los neones de Tomorrowland, aquí dominan los tonos bronce, los detalles mecánicos y las cúpulas de cristal.
El estilo podría describirse como steampunk europeo, aunque en realidad es más matizado: hay influencias art déco, modernistas y hasta industriales. Las estructuras parecen piezas de maquinaria a gran escala, con engranajes a la vista, tubos, remaches y cobre envejecido.
Los Imagineers querían que cada visitante sintiera que estaba caminando dentro de una gran exposición universal del siglo XIX, como las que se celebraban en París o Londres, pero con un giro fantástico. Es un lugar donde la ciencia y el arte se funden, donde las posibilidades del futuro se ven a través de los ojos de quienes apenas comenzaban a imaginarlo.
El futuro en pausa: lo que Discoveryland evitó ser
Lo más curioso de Discoveryland es que, a pesar de hablar del futuro, no envejece tan fácilmente como sus hermanos Tomorrowland. ¿Por qué? Porque no se basa en predicciones tecnológicas concretas, sino en visiones artísticas del futuro que ya estaban ancladas en el pasado.
Esto evita que sus elementos queden obsoletos, como sucede con otros parques donde las atracciones futuristas se vuelven rápidamente anticuadas. En cambio, Discoveryland se mantiene atemporal. Su inspiración no es lo que la ciencia logrará mañana, sino lo que soñábamos ayer.
Los secretos más ocultos de Discoveryland
1. El “Observatoire de l’Imaginaire”
En la parte superior de uno de los edificios hay una estructura con forma de cúpula dorada: el “Observatorio de la Imaginación”. Aunque no se puede visitar, es un símbolo perfecto del espíritu de Discoveryland. Desde allí, simbólicamente, se “vigilan” los sueños de los exploradores y científicos visionarios.
2. Referencias ocultas a Verne y Wells
Muchos carteles y objetos de decoración hacen referencia a títulos o fragmentos de obras de Verne y Wells. Incluso los nombres de algunos mecanismos o vehículos ficticios están inspirados en personajes secundarios de sus novelas.
3. El mapa del Nautilus
En la sala de mapas del submarino Nautilus, si te fijas bien, verás rutas trazadas que no aparecen en ningún océano real… algunas llevan a Atlantis, otras a islas perdidas de la literatura. Una pista de que Nemo no solo navegaba mares, sino que viajaba entre mundos imaginarios.
Discoveryland hoy: entre el legado y la renovación
En los últimos años, Discoveryland ha incorporado nuevas franquicias como Star Wars, que, aunque muy populares, han modificado ligeramente la atmósfera original. La integración del universo galáctico ha traído atracciones como Hyperspace Mountain y Star Tours, pero ha generado debate entre los fans más puristas que añoran la esencia steampunk y literaria original.
Aun así, el ADN de Discoveryland sigue latiendo bajo la superficie. Sus cúpulas doradas, sus placas de latón, sus fuentes burbujeantes y la sombra omnipresente de Verne lo convierten en un lugar único dentro del mundo Disney.
Conclusión: un homenaje a los soñadores
Discoveryland no es solo una zona temática. Es un manifiesto silencioso que reivindica el valor de la imaginación como motor del progreso humano. Es un homenaje a todos aquellos que soñaron con submarinos eléctricos, viajes a la Luna y máquinas del tiempo mucho antes de que la tecnología los hiciera posibles.
Si eres amante de la ciencia ficción clásica, del arte visionario o de los rincones con alma en los parques temáticos, Discoveryland en Disneyland París es una parada obligatoria. Porque aquí, más que en ningún otro lugar del resort, se entiende que la magia no está en predecir el futuro... sino en atreverse a imaginarlo.
Nota.- Todas las fotos son propiedad de @disneylandparis