Mi primera vez en Disneyland Paris

By disneychus - abril 14, 2021

MI PRIMERA VEZ EN DISNEYLAND PARIS


Siempre me ha gustado Disney. Los que me conocen saben que es fácil verme vestida con camisetas y bolsos de personajes Disney . Adoro Disney. 

En el año 1992 hubo tres eventos importantes, la Expo en Sevilla, Las Olimpiadas en Barcelona y la Apertura de Disneyland París. En ese año, yo contaba con 15 añitos y me hubiera gustado poder asistir a los tres eventos, pero por desgracia no tuve la suerte de asistir a ninguno. Lo de Disneyland París, aunque ansiaba con todas mis ganas conocerlo, siempre lo veía como un sueño inalcanzable, primero por el dinero, segundo por el idioma. Fueron pasando los años y mi sueño seguía estancado. En el año 2014, y ya siendo madre de una niña preciosa, mi marido vino a Francia a trabajar por cinco meses. Nosotras nos quedamos en España pero hacia final del su contrato decidimos venir a visitarle. Mi hija tenía dos años y medio. Con este viaje tenía un propósito, primero y sobre todo visitar a mi marido y un segundo que no iba a desaprovechar, visitar Disneyland París. Cogimos nuestro avión desde Madrid y en dos horitas estábamos en París. Pasamos un mes genial, en el cuál me quedé embarazada de mi segunda hija. Mi marido terminó su contrato y nos dispusimos a regresar. Aún no habíamos ido a París ni a Disneyland, ya que vivíamos a 200 km y no había tiempo, por lo que decidimos que iriamos unos dias antes de nuestro vuelo de regreso (mi marido volvia con el coche, y nosotras en avión). No sabéis la emoción cuando compré las entradas (las guardo como oro en paño). No teniamos internet, y por entonces, no teniamos smartphone, ni datos, ni nada, así que con un viejo pc portatil que parecía de la era de los picapiedra le "pinchamos" el wifi a la vecina y pudimos comprar nuestras entradas para Disneyland París, entradas de sólo un día (la economía no nos daba para más). Mi nena, al tener menos de tres años no pagaba, asi que solo tuve que comprar entrada para mi marido y para mi. Cogí una ofierta a través de la misma página web de Disneyland París y me cogí entradas 1 dia / 2 parques, creyendo, ilusa de mi, que podría verlos. Tampoco me organicé la visita, ni sabía que atracciones habia, ni espectáculos, nada... Fui a la aventura.

Pasamos unos días maravillosos en París. Nos encantó. E incluso, el domingo por la tarde tuvimos la suerte de poder asistar a la etapa final del Tour de Francia en los Campos Elíseos. Durante nuestra estancia en París nos hizo un tiempo maravilloso, ni mucho frio ni mucho calor y eso que era finales de julio. Pero Francia es así. Terminamos del ver el Tour y nos fuimos al hotel, que estaba en las afueras de París, cerca del aeropuerto de Charles de Gaulle. Justo 10 minutos después de llegar al hotel, comenzó a llover como yo nunca antes había visto en mi vida. Parecía el diluvio. Toda la noche diluviando y yo, que a causa del embarazo, los nervios y demás, tenía que levantarme a hacer pipí cada poco tiempo, miraba por la ventana y maldecia mi suerte, pensando que como continuara así, al dia siguiente no podría ir a Disney.

Amaneció, no llovía, pero estaba nublado (que poco conocía yo por ese entonces el clima parisino), así que un 28 de julio de 2014, nos vestimos con nuestros vaqueros, camisetas de manga corta y sudaderas y nos fuimos a Disney en nuestra furgoneta Ford Transit del año 2006, así, como si fueramos a vender en los mercadillos.

La emoción me invadía, pero cuando comencé a ver por la carretera los paneles indicativos con Mickey Mouse ya dije, si, es real, voy a Disneyland París. 


 Al llegar a las puertas de acceso al parking, nos hicieron abrir la furgoneta para ver que llevábamos dentro (no había gran cosa, pero me imagino que les chocaría ver la furgoneta, encima con matrícula española) y pagamos por entonces 15 euros para poder acceder al aparcamiento. Cuando entramos al parking, y vi la pasarela, y vi esas farolas con fotos y letras de los personajes disney que te indican donde has dejado tu vehículo, rompí a llorar. Llamadme tonta, pero lloré de emoción, si. Aparcamos nuestro coche en la B, con la foto de Bambi.

Una vez aparcado, hicimos nuestra pasarela hasta llegar al Disney Village, donde pasamos los controles de seguridad y de allí fuimos directamente dirección Disneyland Park. Que bonito, que pasada cuando vi la fachada del Disneyland Hotel, con su reloj de Mickey Mouse en el centro, los jardínes Fantasía, flipé. (Quiero aclarar que entonces yo no sabía ni que era el Disneyland Hotel, ni que esos jardines se llamaban Fantasía, no sabia nada de nada).

 

Llegamos a los tornos, aquí nos encontramos con nuestra primera cola y accedimos al parque sobre las 10:30 de la mañana. Mi primera imagen fue el tren, Disneyland Railroad, pasamos por los túneles de debajo, donde cogimos nuestro mapa y seguimos avanzando hasta llegar a la plaza de Town Square. No me lo podía creer, que bonito era todo, estaba en Disneyland París. Cámara en mano, me propuse fotografiar todo (así  me pasó, que a las 5 de la tarde ya no tenia bateria en la cámara) y cuando llegué a Main Street USA y vi al fondo el Castillo, así si que ya lloré a lágrima viva (recordad también que estaba embarazada y un poquito sensible). Pero sí, me embargó la emoción. El Castillo parecía que estaba lejísimos, pero no (tiempo después, cuando preparaba otro viaje me enteré del porqué). Había tiendas, restaurantes a ambos lados de la calle. Se respiraba un ambiente mágico. Nos dirigimos al Castillo, ya que de las pocas cosas que sabía era que el parque se dividía en 5 zonas temáticas (lands) y que la entrada a Fantasyland era por el Castillo, y ahí era donde quería ir yo. 

Entramos al Castillo. Mi hija mayor, por esa época, adoraba a la Bella Durmiente e iba diciendo todo el rato "la casa de Aurorita, la casa de Aurorita". Antes de subir a la galería del Castillo, justo al principio de las escaleras, nos encontramos el libro de "La Belle au Bois Dormant", era precioso. 



Cuando llegamos arriba, a la galería, pudimos disfrutar de la historia de la Bella Durmiente de forma visual, por medio de vidrieras, tapices y ornamentos decorativos varios. Estaba incluso la rueca con la que Aurora se pincha el dedo. Verdaderamente fue una primera toma de contacto maravillosa. También salimos a los torreones donde pudimos disfrutar de nuestra primera visión de Fantasyland, el país de los cuentos. 


 Una vez que hubimos visitado el Castillo, yo, muy cuadriculada y poco experta, me empeñé en hacer el plano del parque por orden. Así que nuestra siguiente parada fue la gruta del dragón. Muy bonito y muy real, pero tuvimos que salir rápido porque a mi hija le dió miedo. En esos tiempos pensabamos que era Maléfica, y por lo tanto, al igual que adoraba a Aurora, le temía a Maléfica. 


 Seguidamente, al salir de la Tanière du Dragón, encontramos una fantasía de tienda llamada "La Chaumière du Sept Naims". Había que verla. Entrar allí fue entrar en la casita de los 7 enanitos del bosque. Desde entonces se convirtió en mi tienda favorita en cuanto a decoración. La entrada, los animalitos de Blancanieves lavando, las camitas de los enanos con sus nombre. Esa tienda es pura magia. 


 Salimos de la tienda y que nos tocaba?, pues la atracción de Blanche-Niege et les sept naims. Hicimos nuestra cola de rigor y montamos. Me encantó el detalle en cuanto a decoración (una esquina de la fila de espera está ambientada en el laboratorio de la madrasta y contiene el libro con el hechizo de la manzana envenenada). 


 La atracción es apta para todos los públicos pero he de deciros que los más pequeños pueden asustarse puesto que es muy oscura. Te montas en un carrito y das un paseo por el cuento de Blancanieves, aunque es más bien un paseo por el lado de la madrastra, para al final llegar y ver a Blancanieves con su príncipe y todos los enanitos. Es una atracción tranquila y nosotros montamos siempre que vamos en varias ocasiones.

Tengo que deciros, que en este viaje, yo no podía montar en muchas atracciones por el embarazo, pero como estaba de muy poquito, hice trampa y me monté con mi hija en todas las que pudimos de Fantasyland.

Siguiente parada del viaje, Les Voyages de Pinocchio. Es similar a la anterior pero con la historia del entrañable muñeco de madera. Montamos siempre, aunque no tengo que destacar mucho sobre ella. 

La siguiente atracción que nos tocaba era "Peter Pan´s Flight", no había muchisima cola (cosa rara) pero hablando con la gente que había allí, nos enteramos de la existencia del fastpass, así que sacamos uno y nos fuimos a nuestra gran cita con el jefe. Ibamos a conocer a Mickey Mouse.




Entramos en el teatro de Mickey Mouse, había una cola de 45 minutos, que nos pareció muchisimo tiempo, pero había que ver a Mickey. Era uno de los motivos por los que mi hija quería ir al parque. Asi que durante una hora disfrutamos de los cortos Disney hasta que pudimos acceder al camerino.

Cuando entramos, mi hija se asustó, ella se lo imaginaba más pequeño, y ya no quería hacerse la foto con él, pero Mickey fue muy amable y supo camelársela y finalmente le dió hasta un beso en la nariz.


 Después de tanto ajetreo, vimos que ya era buena hora para comer y pensamos ir al restaurante "La Bella Notte", ambientado en la pelicula "La dama y el vagabundo". Cuando nos dirigiamos hacia allí nos encontramos con "Bella" y "El sombrerero Loco", pero no nos paramos porque mi marido no quería hacer la fila de espera.


 La comida del restaurante no es nada del otro mundo, pero comimos bien. La ambientación es maravillosa. Mientras estabamos en el restaurante, mi hija me anunció que se había hecho caca, aún llevaba pañal, asi que sali al baño para cambiarla y mi sorpresa fue que nos encontramos con Pinocho, con el cual tampoco nos hicimos foto porque también le daba miedo.


 Terminamos de comer y nos fuimos corriendo a Peter Pan, ya que habia llegado la hora de nuestro fastpass. La atracción, un poquito oscura, nos encantó, ya que parece que vas sobre volando Londres y el país de Nunca Jamás. 

A la salida de Peter Pan, nos dirigimos hacia "Alice´s curious Laberytn". Atracción que solo existe en Disneyland París. Nos encantó perdernos en el laberinto y encontrarnos a los personajes del cuento hasta llegar al castillo de la Reina de Corazones.

 


No pudimos ir a "Casey Jr, le petit train du cirque" y a "Le pays des contes de fées" puesto que estaban cerradas por rehabilitación. Intentamos entrar en el pabellón de las princesas, pero en esa época habia que coger cita por la mañana y ya no había.

Llegaba el turno de la última atracción que nos montamos ese día, ya que el resto de la jornada la dedicamos a explorar el parque.


 Nos dirigimos a "It´s a small world". Nos montamos en un barquito e hicimos un recorrido por todo el mundo donde diferentes muñecos (animatronics) vestidos con sus típicos trajes entonan la canción "Un mundo pequeño", y a la cual mis hijas bautizarían como "nananana". En esta atracción flipamos. No sabiamos donde mirar. Menudo colorido. Era preciosa.

Nos falto hacer en Fantasyland, "Dumbo, the flying elephant", "Mad Hatter´s Tea Party" y el "Carrousel de Lancelot". Había muchisima gente y no teniamos mucho tiempo ya, asi que nos dirigimos a Frontierland y Adventureland. Dedicamos la tarde a pasear por alli y fue cuando me quedé sin bateria en la cámara, asi que ya no tengo más fotos de ese viaje. Visitamos las cuevas de Adventure Isle, subimos al barco del Capitán Garfio y dimos un paseo por el Pasaje de Aladdin.

Salimos sobre las 17:30 por el fuerte Comstock de Frontierland y en Central Plaza vimos que había muchisima gente aglomerada y se escuchaba música de fonto. Era la Parade. Yo no sabía ni a que hora era porque no habiamos cogido el programa y la vimos de churro. Pero la vimos entera. No pudo ser en primera fila, pero la vimos bastante bien. Y alucinamos. La cabalgata era la del 20 aniversario "Magic Everywhere", preciosa, mágica, alucinante. Tuve la suerte de poder verla en otras ocasiones e incluso viví el último día que salió, el 24 de marzo de 2017. Preciosa todas las veces que la ví. Llena de magia. La música, a dia de hoy, todavía la tarareo a menudo.

Después, fuimos a comer algo a "Au Chalet de la Marionette" e intentar descansar un ratito, porque estabamos exhaustos. Más tarde nos fuimos de compras, ¿Cómo no comprar en Disneyland Paris?, y finalmente nos marchamos sin poder disfrutar del Dreams, el espectáculo de cierre, puesto que al ser verano, el parque cerraba a las 23:00 horas y al dia siguiente viajabamos muy temprano y estabamos exhaustos. 

Me despedí de Disneyland París pensando que nunca más podría volver y cuanto me equivocaba. En 2015 nos mudamos a Francia y desde entonces, y hasta que la pandemia nos lo ha impedido, hemos estado visitando el parque varias veces al año.

De hecho, ya estamos planeando el siguiente, si la pandemia nos lo permite. Llevamos dos años sin poder pisar la magia y ya lo necesitamos.

 

Nota.- Todas las fotos de este post son de mi propiedad

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